Lamar Odom y su adicción al sexo

Llegar a ser una estrella en un deporte como el baloncesto no es tarea fácil. Uno no solo necesita talento y constancia, sino también un físico portentoso y una pizca, o bastante más, de suerte. Incluso cuando llegas a la cima, a lo más alto, tienes que estar concentrado y seguir peleando, porque es como si no hubieras conseguido nada. La costumbre, el creer que ya lo tienes todo hecho, te puede jugar una mala pasada. No estamos hablando de ganarte la vida como jugador semiprofesional, sino de disputar campeonatos en la NBA, con las mejores estrellas del planeta. Jugadores que no se amilanan ante tipos de más de dos  metros y que te van a obligar a sacar tu mejor versión. Gente que lo tiene muy claro a la hora de ir a por ti si con ello consiguen una victoria más para sus vitrinas.

A lo largo de la historia de la NBA nos hemos topado con jugadores verdaderamente impresionantes que han sabido aprovechar su talento y su altura para dejar huella. Los nombres grabados en oro en la historia del deporte son de sobra conocidos, desde Chambelain a James, pasando por Jordan, Stockhton o Pippen. Pero si nos fijamos realmente en sus personalidades, en cómo son cada uno de ellos, encontraremos numerosas diferentes. De carácter, de forma de jugar, de manejo del balón… Esto nos demuestra que hay muchas maneras de llegar a lo más alto en el mundo del baloncesto, y cada cual lo hace a su estilo. Lamar Odon lo logró a principios de los años 2000, sucediendo a muchos de aquellos que habían marcado una época en la década anterior, y convirtiéndose en el nuevo chico  malo. Dennis Rodman dejó  el listón muy alto, pero Odom tampoco se ha cortado a la hora de dar que hablar fuera de la cancha. Sus mejores años en los Lakers también coincidieron con su pico de fama en las revistas del corazón, sobre todo por su relación con la influencer y celebritie Khloe Kardasian. Pero más allá de esas relaciones públicas, Odom siempre se ha mostrado un gran fan del sexo de pago…

Quién es Lamar Odom

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Jamar nació en 1979 en el popular barrio de Queens, en Nueva York, dentro de una familia humilde. Pronto destacó en los deportes por su agilidad, su intensidad y sobre todo, su altura. En su último año de instituto ya sobrepasaba los dos metros, y era considerado como una de las grandes estrellas nacionales del baloncesto juvenil. Esto le permitió fichar por la Universidad de Nevada, de donde tuvo que salir tras verse involucrado en una trama de retribuciones económicas. De allí pasó a Rhode Island, donde tuvo que pasar un año sin jugar. Sin embargo, al poco tiempo de vuelta a la cancha demostró que estaba preparado para dar el salto definitivo a la gran competición. Un año más tarde, en 1999, sería fichado por Los Ángeles Clippers, siendo la cuarta elección en el draft de aquella temporada.

Estrella en la NBA

Su estreno en la gran liga, con apenas 20 años, estuvo a la altura de lo que se esperaba de él. Buenos número para una primera temporada en la que ya llamó la atención de algunos equipos más grandes. De hecho, se especuló mucho con sus traspasos, aunque finalmente se quedó en Los Ángeles hasta 2003. En aquel año, y tras ser suspendido 8 meses por consumo  de marihuana, Odom llegó a los Miami Heat para pasar una temporada brillante, donde llegó a destacar incluso para ir a la selección nacional, en los Juegos Olímpicos. Tras su vuelta a Estados Unidos, por fin recaló en el equipo donde viviría sus mejores años. Regresó a la Costa Oeste, ahora para estar con el hermano mayor de la ciudad, Los Ángeles Lakers.

Su trayectoria, eso sí, no terminó de arrancar hasta unos años más tarde. Sufrió diferentes lesiones que le mantuvieron en un nivel irregular, y algunos años incluso se quedó fuera de los playoffs. Todo cambió con la llegada de Pau Gasol y su imponente dupla junto a Kobe Bryant. Lamar era el sexto hombre del equipo y aportó muchos puntos y asistencias en los dos campeonatos que los Lakers conquistaron en 2009 y 2010. Dos inmensas temporadas que sin embargo no pudieron repetir al año siguiente, dejando el equipo para irse a Dallas y de allí, solo un año después, de vuelta al origen, a Los Clippers. Su nivel ya no era el de antes y Odom, asediado por las lesiones, decidió jugar unos meses en la ACB, en el Baskonia. Terminó fichando por los Knicks en 2014 pero no llegó siquiera a debutar.

Su maratón sexual en Las Vegas

Al poco de retirarse de la actividad deportiva, Odom fue detenido por conducir bajo los efectos de las drogas y el alcohol, y se internó en un centro de rehabilitación. Aquel fue tan solo uno de los escándalos que acapararon los titulares de prensa en esos años. Odom era no solo una estrella en la cancha, sino también fuera de ella. En 2008, el alero se casó con la famosa Khloe Kardashian, una de las protagonistas del famoso reality televisivo. El jugador aparecía a menudo en los programas y se convirtió en un rostro muy conocido entre la farándula estadounidense. En 2015, el matrimonio decidió divorciarse, pero mientras todavía estaban en esos trámites, Odom tuvo que ser hospitalizado en un hospital de Las Vegas, donde estuvo a punto de morir.

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La razón fue un maratón intenso de sexo y drogas en uno de los burdeles más conocidos de la región, el Love Ranch. Nevada es, de hecho, el único estado donde la prostitución es legal en todo el país, y ese local es seguramente el más famoso dentro del mundo del sexo de pago. Según informaron en su momento, Lamar pasó varios días en aquel complejo, disfrutando de muchas chicas diferentes y tomando pastillas y drogas para aumentar su eficiencia sexual, de cara a mantener el ritmo con las chicas. Tal fue el abuso del jugador que, a los tres días, sufrió un ataque que casi termina con su vida. Por suerte, los médicos llegaron a tiempo y pudieron sacarlo del burdel para que se recuperase en el hospital. El gusto de Odom por las mujeres era algo de sobra conocido, pero jamás había llegado a ese punto.

Perdió la virginidad con una escort

Los problemas de Odom con las chicas no son recientes. De hecho, el jugador aseguró que durante toda su vida había estado obsesionado con el sexo y con las mujeres, y había pagado en muchas ocasiones por disfrutar de ratos de placer con ellas. Así, relató en sus memorias que había perdido la virginidad con una profesional del sexo, y que había disfrutado de muchas strippers, especialmente en su etapa universitaria en Las Vegas. También aseguró haberse acostado con más de 2.000 mujeres, un número que suena a todas luces exagerado, pero que en un tipo de Odom bien puede ser cierto. Lamar es otro de esos casos donde los deportistas profesionales pierden la cabeza por el sexo y las mujeres, aunque en su caso, al menos, lo pudo contener durante su carrera deportiva.